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Cadáver Exquisito ADI - REG

Tema en 'Expo Galería de Trabajos' iniciado por REG, 24 Abr 2006.

  1. REG

    REG Nuevo usuario

    ¿Por qué a mi?...¿Qué hice para merecer esto?... Yo no pedí este destino, yo nunca quise vivir asi. Alguien debe odiarme mucho para merecer esta maldición.
    Al contemplar la desolación del escenario no pudo contener las lagrimas, y tuvo que girar y darle la espalda a lo que tenía frente a él.

    Antes las cosas no eran asi, antes podía comenzar el día y no sentir que cada jornada era una tortura, y que le provocaba el dolor más grande que podría soportar. Ahora llevaba a cuestas el peso de sus acciones, lo que cometío siguiendo los dictados de su mentor e ídolo.
    Puso los dos pies sobre el suelo frío e hizo una vez más el esfuerzo de ponerse de pie, pero con este peso que ahora acarreaba se le hacía demasiado difícil ya. Se dirigió a la cocina y saco un tenedor, un cenicero y su botella de agua bendita. Tres herramientas de su nueva actividad, las llaves para abrir nuevamente la caja de pandora de todos los sufrimientos.
    Le dolían todos los huesos, los que le quedaban sanos. En realidad era un milagro que aún pudiera ponerse de pie.

    - Esto no puede durar para siempre, no podré soportarlo.

    Pero seguía, día tras día. Esta vez el día estaba terriblemente nublado y amenazaba un aguacero. Nubes negras sobre un alma oscura. Se puso su impermeable y salió a la calle, como hipnotizado por la rutina de su miserable vida. La ciudad sucia, las calles tristes y los dos ríos de aguas verdosas seguían alli, no habían desaparecido como hubiese deseado. Cruzó el puente, dobló a la izquierda y dirigió sus pasos a la estatua de Nerón.
     
  2.  
  3. adi

    adi Zen Moderator

    Aquel maldito lugar que le robó su vida, su felicidad, hace tantos años ya.

    Porque una vez fue feliz. Una vez tenía una vida normal junto a su amada y su familia. Una vez... cuando los niños todavía jugaban en los parques, y se oía la algarabía en las casas, se los veía correr en las calles, eran la alegría del pueblo. Aquellas almas inocentes, cómo pudieron cambiar tanto? Cómo pudieron convertirse en aquellos seres desalmados? Esta era la pregunta que le atormentaba cada segundo de su existencia.
    - Si tan solo hubiera terminado con él cuando tuve la oportunidad...

    Pero en cambio, se dejó convencer de aquellas palabras... falsas promesas, y llegó a convertirse en su más fiel seguidor. Y junto a él terminaron con la alegría y la vida de aquella ahora desolada ciudad.

    Era ya la media noche. La lluvia caía torrencialmente mientras esperaba su llegada. Estaba sentado frente a la puerta del templo, miraba como el viento estremecía las ramas de los árboles, parecían bailar al ritmo de la música de un ritual, casi podía escucharla.

    Miraba su reloj. Comenzaba a impacientarse, ya se había demorado mucho. – Porqué no ha llegado todavía. – Pensaba.

    Venían a su mente aquellos recuerdos que le atormentaban el alma. Por más que quisiera no podía sacárselos de su cabeza. La culpa era ya demasiado grande y pesada para porder ignorarla. El sólo recordar aquellos lamentos, las lágrimas, los gritos... todo el dolor y el sufrimiento que causó. Ver como terminaban con la vida de aquel lugar.

    De pronto vio que se acercaba alguien apresuradamente. Era él que venía, su amo, y llevaba algo cargado a cuestas.
     
  4. REG

    REG Nuevo usuario

    Al principio creyó que era uno de los cuerpos inertes que tantas veces había visto,
    Pero pronto se dio cuenta que esta vez era diferente.

    Mientras desataba las cuerdas y sentía la respiración agitada y los movimientos ahogados del ser que traía atado. El rostro de la chica apareció tan blanca como una luna llena entre las nubes de la oscuridad del saco. Lo único oscuro que atravesaba esa luna era la mordaza que su maestro le había puesto. Se percibía su terrible miedo en esos ojos desorbitados por la desgracias que presentía.
    Por un momento le pareció que lo reconocía, pero era evidente que ella solo veía en esos momentos la cara de la muerte, y que otra cosa más que eso él ahora, pensaba
    Sacó la botella de agua bendita, le hizo la marca sobre la frente y la volvió a ocultar su cabeza bajo las cobijas.

    “Los señalaste a cada uno y murieron, tú eres la ley”

    La inscripción al pie de la estatua parecía resumir el Apocalipsis vivido por su entorno y por él mismo en estos negros años de maldad. Una maldad que se había apoderado de la ciudad de Romancza y de él mismo.
    Ahora cargó él a la chica, y junto al asesino cruzaron la calle y entraron al templo.
    Era un lugar oscuro y húmedo. De las paredes de mármol antiguas solo quedaba una gruesa capa de un negro y viscoso musgo. Avanzaron por el pasillo central y repentinamente Brelzebeck, el Enviado como él mismo solía llamarse, se detuvo frente al altar.
    Ya no quedaban los antiguos símbolos de la religión que allí profesaban los habitantes del lugar. Ahora solo había centauros.

    Centauros de piedra con ojos terribles, con patas con garras y colas de fuego. No todos eran mitad humana y mitad equino, algunos solo tenían su parte caballo y la otra era un horrendo simio o algún pájaro de rapiña con colgajos de carne aún en su pico.
    El mentor tenía claro que no sería una operación como las otras y pareció querer comunicarse con algo o alguien antes de efectuarla. Como si aún quedaran vestigios de antiguas tradiciones en su trastocada mentalidad.
    La detención no duró más de un par de segundos y siguieron su camino. Rodearon el altar y caminaron hacia la puerta lateral.

    Al estar dentro, Cradwell depositó a la chica sobre la plataforma de piedra y sacó de su abrigo el cenicero y el tenedor, en espera de que su maestro le explicara como los iban a usar esta vez con un ser vivo.
     
  5. adi

    adi Zen Moderator

    Damián, el joven ayudante, se acercaba con las túnicas, todo pálido y delgado, con aquellos ojos idos que parecían mirar a la nada, con un aspecto descuidado y escalofriante, como si la vida hubiera salido aterrorizada de él, dejando sólo su cuerpo inerte. Traía también los demás instrumentos que iban a necesitar en esta ocasión. Los colocó en una mesa cerca de la plataforma, y los fue acomodando cada uno en su lugar, como debían ir.

    Le puso la túnica a su mentor, mientras Cradwell se colocaba la suya.

    La chica permanecía atada sobre el altar, inmóvil por el miedo. Sollozando impotentemente al ver y sentir a la muerte tan cerca. Miraba a Cradwell con desesperación, con los ojos rojos, llenos de lágrimas, esperando que la salvara de aquella atrocidad que iban a cometer. Este no podía mantenerle la mirada, y trataba de evitarla.

    Mientras tanto, Brelzebeck se dirigía a la cámara adyacente, donde hacía sus meditaciones para invocar a Azazel, su líder. Tomar luego el elixir correspondiente, y dar comienzo a la ceremonia. Damián ya tenía todo listo, había encendido todas las velas y sostenía la campana con la que iban a dar inicio a la ceremonia.

    Cradwell esperaba por las órdenes de su amo, pero esta vez sentía diferente. Por primera vez estaba seguro de que no quería seguir adelante con lo que fueran a hacer, sentía una gran opresión en su corazón al oír los lamentos de aquella chica, al ver su mirada desesperada pidiendo ayuda. Aquella muchacha, a la que a cada momento se le hacía más familiar, creía recordar su rostro de algún lugar.

    En ese momento entraba Brelzebeck, había terminado su meditación, y venía con un libro.
    - Cradwell, ven – lo llamó.

    Y lo llevo a un extremo de la habitación mientras le daba las órdenes correspondientes para realizar el nuevo ritual. El ritual que traería a Azazel a este mundo, y le daría el poder suficiente para terminar con todo lo bueno y hacer que el mal domine por sobre todas las cosas.

    Cradwell no podía más que oír los lamentos de la chica, los oía como un eco que resonaba en su cabeza, junto a todos los lamentos de las víctimas inocentes con las que habían terminado. Pasaban por su mente aquellas imágenes de dolor y desesperación, mientras su mentor le hablaba. No podía concentrarse, no podía poner atención a lo que decía. Sus manos temblaban y sudaban, pensando en alguna manera de terminar con todo esto sin dañar a más inocentes.

    Pero le parecía inevitable, - soy un cobarde, no puedo hacerlo – pensaba.

    Brelzebeck procedió a tocar las campanas para dar inicio al ritual.
     
  6. REG

    REG Nuevo usuario

    Solo llevaban 6 tañidos cuando un relámpago enceguecedor absorbió la recámara. Preció como si el infierno se hubiese adelantado al llamado, pero era un infierno muy diferente; no era quemante, sino que helado. Llegó acompañado de un movimiento tan grande que no se podían mantener en pie. Cradwell hacía todo lo posible por apoyarse en algo para no golpearse contra las piedras, y no pudo ver a su amo y a la chica.

    De pronto todo pareció dar vueltas y girar y girar, como si la sala completa estuviera cayendo en un remolino. Un ruido eléctrico envolvía todo, algo parecido a una sierra gigante que iba a cortar cada trozo de lo que allí existía.
    El caos duró varios minutos, al menos eso le pareció a Cradwell. El tenía los ojos cerrados, porque la fuerza centrífuga la sentía tan intensa que pensaba que los globos oculares se le iba a salir de sus cuencas si abría los ojos.

    Hasta que llegó un instante en que todo se comenzó a detener. Se sentía como si viniera recuperándose de una borrachera, el mundo giraba aún alrededor de sus cabeza.

    Cuando se aseguró que todo había terminado se atrevió a abrir los ojos y lo que vió le paralizó el corazón.

    ----------

    -Papá, qué te pasa?

    Marlian? Acasó era su hija? No podía creer lo que estaba viendo. Tuvo que cerrar los ojos de nuevo y pasarse una mano para asegurarse que no era un espejismo.
    Ella seguía allí mirándole con una expresión asustada.

    Giró un poco la vista desde ese punto de atención y miró alrededor. ¡Era su casa!... ¡Pero qué había pasado! ¿Qué lo había salvado de esa terrible vida, si es que se le podía llamar asi, desde que todo había cambiado en la ciudad?

    Todo se veía tal cuál él lo recordaba desde hace años. El día estaba soleado y la luz le molestaba un poco pues ya estaba acostumbrado al frío, la oscuridad y la lluvia que lo llenaba todo en su vida.

    Con temor se acercó a su hija y le habló:

    - Marlian, dónde está tu madre?
     
  7. adi

    adi Zen Moderator

    Todo parecía darle vueltas aún, mientras veía a los ojos de su niña que lo observaba extrañado.

    - Salió a comprar unas cosas, dijo que vuelve enseguida. – Contestó Marlian.

    Cradwell tomó un fuerte respiro, mientras volvía a sentarse en la cama, pensando si habría sido una horrible y larga pesadilla la que había tenido, o si en cambio, lo que ahora veía era un sueño con el que trataba de escapar de aquel suplicio en el que se había convertido su vida.

    Llamó a su hija para que se acercara a él, la tomó de las manos, casi al borde de las lágrimas. Quería sentirla para ver si era real. Le dio un fuerte abrazo en el que ya no pudo contenerse y comenzó a llorar. La abrazaba fuertemente, a lo que Marlian le preguntó con su dulce y tierna voz:

    - Que te pasa papá? te sientes mal?

    El se mantenía abrazándola, pensando que si la soltaba, todo eso iba a desaparecer, e iba a despertar de nuevo en aquella recámara, junto a Brelzebeck, la chica y Damián.

    - Nada me pasa querida hija, es solo felicidad de tenerte junto a mí. – dijo él.

    La niña en su inocencia, sólo le contestó:

    - Sabes que siempre voy a estar junto a tí papá – y le sonrió, mientras que con sus pequeñas manos trataba de secarle las lágrimas que habían cubierto el rostro a Cradwell.

    El todavía parecía no creer lo que veía, miraba a su hija, miraba las paredes, miraba aquel cuadro que tanto odiaba, pero que a su mujer le encantaba, qué feliz estaba de verlo de nuevo. Miraba la puerta de la habitación, miraba las ventanas, qué bello día hacía.

    Sintió ganas de salir y ver si todo realmente estaba como antes de que toda esa pesadilla sucediera. Se levantó de la cama, y, ya más calmado, caminó hacia la puerta de la habitación, pero todavía con algo de temor. Agarraba de la mano a Marlian, como para que no se escapara de él.

    Estando ya en la sala, oyeron unas llaves que abrían la puerta de la casa.

    Marlian fue corriendo. – Es mamá! Ya llegó.
     
  8. REG

    REG Nuevo usuario

    Era ella, tal como aún la recordaba después de todo ese tiempo, aunque sentía que en realidad solo la hubiese visto ayer. Su extremada delgadez era carácterística, y una fragilidad que asombraba y que hacía que uno se preguntara cómo una persona puede sobrevivir con tan poca carne sobre sus huesos.

    -¿Qué te pasa Cradwell?... Parece que hubieras visto un fantasma!
    Fui a comprar leche para Marlian, por favor prepárasela mientras yo voy al baño.

    El trató de ubicarse nuevamente en el lugar donde estaba e hizo un esfuerzo por recordar donde estaba la cocina.

    Cuando ya le tenía listo el alimento a su hija, se sentó a la mesa y se sirvió una fruta, buscando reponerse de todo lo que sentía con algo de alimento.
    Apareció su esposa.

    -Yo no comeré, no tengo hambre.

    Cuántas veces escuchó esa frase. Ahora recordaba mejor. La vida sin consumir alimentos que llevaba Alma, una vida obsesiva que no le permitía probar ningún tipo de comida, y si lo hacía, solo era para vomitarla en unos pocos minutos.
    Sólo se mantenía con algunos vasos de agua y uno que otro bocadillo. ¿Pero cómo comenzó todo?

    De pronto le vino una fuerte tos y la contracción de su pecho le dolió. Le pareció como si el momento solo hubiera sido un descanso y sus atormentados pulmones volvieran a alguna especie de estado seco, subterráneo y oprimido. Tuvo que llevarse la mano a la boca para no derramar sangre sobre la mesa.
    Al bajar la cabeza para reponerse vió entre la solapa de su chaqueta y su camisa el causante de su carraspera crónica: una cajetilla de cigarrillos. Y volvió a recordar…. El se mataba consumiendo cigarrillos sin poder detenerse.

    La escena fué desagradable, pero a Marlian pareció no importarle. Daba la impresión de que la pobre chica ya conocía la condición enfermiza de su padre y de su madre. Día a día veía como sus progenitores se consumían a causa de la falta de comida y el exceso de tabaco.
     
  9. adi

    adi Zen Moderator

    Cradwell por primera vez notó la mirada de indiferencia que tenía su hija ante la situación, y comenzó a pensar si era ya el momento de hacer un cambio en su vida, por el bien de Marlian. Pensó que tenía que aprovechar esta nueva oportunidad que le daba la vida. Temía que si seguía así, fuera a despertar nuevamente en aquella pesadilla en la que estaba anteriormente.

    Aprovechó que Marlian salió a jugar fuera un rato para hablar con su mujer sobre la situación en que vivían. Si él iba a cambiar, ella tendría que hacerlo también. Pero si de algo estaba seguro era de que esto no podía seguir así.

    - Alma – llamó – hay algo de lo que quiero hablar contigo.

    El sabía lo negada que ella estaba a su enfermedad, por lo tanto debía de ser cuidadoso en como decía las cosas, para que no se quedara el asunto a medias, como había pasado otras veces ya.

    - He estado pensando en el futuro… en Marlian y en nosotros… pienso que si seguimos así vamos a perjudicarla mucho.

    Su mujer ya sabía a dónde se dirigía con esto, - Eres un exagerado! – contestó, tratando de evitar el tema.

    Pero Cradwell no se iba a dar por vencido tan rápido.

    - Sabes a lo que me refiero, estamos enfermos! Si seguimos así no vamos a estar con Marlian cuando realmente nos necesite…

    Alma hizo silencio, como si por primera vez hubiera escuchado las palabras de su esposo y las hubiera entendido. Trató de irse pero Cradwell la tomó del brazo y le dijo:

    - Hasta cuándo vas a seguir negándolo? Sabes que te estás destruyendo poco a poco. Necesitas aceptarlo para poder ayudarte!

    - Enfermo estarás tú que fumas tanto! – le contestó.

    - Sí, yo también estoy enfermo! Pero estoy decidido a hacer un cambio positivo en mi vida, porque me preocupo por la salud de nuestra hija, y por nuestra relación misma que ha sido afectada por esto también!

    Alma lo miró por un momento a los ojos, y notó la seriedad con la que hablaba.

    - Suéltame, que me lastimas – dijo.
     
  10. REG

    REG Nuevo usuario

    Al tocar el brazo de Alma, se sobresaltó con la peligrosa delgadez de su esposa. Ya se había olvidado de esa increíble condición.
    Pero además, el contacto físico vino acompañado de un estremecimiento que le recorrió el cuerpo e hizo que volviera a caer en el remolino de sensaciones que había experimentado anteriormente.

    Al volver en sí, se dio cuenta de todo.

    - Suéltame que me lastimas, papá!

    No puede ser!... Era Marlian!... Si!... Por eso sabía que conocía a esa chica desde antes!... Era su propia hija a la que iba a sacrificar!... Y todo por obedecer al demonio Brelzebeck.

    - Fuerte el remezón, no, Cradwel?

    La voz profunda y gutural del oscuro personaje lo hizo percatarse de que el movimiento se debía a la llegada evidente de Azazel a la escena, el demonio mayor. Que todo lo oscurecía, que todo lo aniquilaba, que robaba voluntades y consumía almas.

    - Vamos, Cradwell, no te quedes ahí, prepara el veneno.

    Y Cradwell obedeció, tantas veces como lo había hecho antes. Tantas veces como invocó a Azazel con los elementos elegidos por la relación que tenían con su muerte y la de Alma. Sacó el cenicero, tomó el veneno y comenzó a prepararlo con el tenedor.
    Cenicero y Tenedor. Tabaquismo y Anorexia. Los dos pilares de la destrucción de su familia, ahora consumirían su cruel misión acabando con el fruto de esa relación.

    FIN


    ________________________
     
  11. REG

    REG Nuevo usuario

    EL TEMA QUEDA ABIERTO PARA COMENTARIOS.
     
  12. adi

    adi Zen Moderator

    Gracias Roberto, me gustó hacer esto ^_^

    A ver cuando hacemos otro ;)


    PD: Mejor lo hubieras dejado cerrado, para que no se sature de comentarios :lol: :mrgreen:
     
  13. REG

    REG Nuevo usuario

    El gusto fué mío, Adi :)

    Es mejor que hayan muchos comentarios... si es que alguien se pasa por acá :D
     
  14. adi

    adi Zen Moderator

    Jajaja, si, a ver si alguien pasa por aquí extraviado y comenta un poquito :p
     
  15. REG

    REG Nuevo usuario

    No comenten tanto por favor, que se nos satura el foro :D
     
  16. adi

    adi Zen Moderator

    Es que se han impresionado tanto con lo que hicimos, que no encuentran palabras para expresar tanta maravillosidad!!! :lol: :mrgreen:

    :D
     
  17. elQuique

    elQuique Usuario activo

    A mi me gusta como quedo pero no soy un experto literario :) para realizar un analisis mas profundo sobre las expresiones vertidas en el presente post y menos aun calificado para realizar una calificacion del mismo.
     
  18. REG

    REG Nuevo usuario

    Ya tiene Título :D
     
  19. adi

    adi Zen Moderator

    Jajaja, está bien Quique, con que digan algo así sin sentido, está bien, jeje :D

    Jejeje, me gustó el título ^_^

    A ver cuando nos echamos otro Roberto, aunque no nos lean :lol: :D
     
  20. REG

    REG Nuevo usuario

    No importa que no nos lean!... al cabo nos leemos nosotros! :mrgreen:
     
  21. adi

    adi Zen Moderator

    Jejeje :mrgreen:
     


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