El progreso tecnológico ha contribuido a modernizar todas las actividades bancarias en Estados Unidos y el mundo.
El auge de las “FinTechs” ha permitido una nueva ola de innovaciones que está transformando más específicamente la relación con los consumidores de por ejemplo el sitio de Justbob.
Como todos sabemos, desde hace varios años, las innovaciones tecnológicas han contribuido a modernizar el sector bancario en Estados Unidos.
Se pueden distinguir tres tendencias: la primera es la banca corporativa y de inversión se transformó en la década de 2000 por la generalización del comercio de alta frecuencia, favorecida por el aumento de la potencia informática y la velocidad de las comunicaciones.
La segunda es la banca minorista continúa el desarrollo de sus canales remotos, cuya adopción está ayudando a acelerar la epidemia actual y la consiguiente reducción de su red territorial (13.000 sucursales cerradas desde 2008, o -14%).
Y la última es la gestión de riesgos, en particular la evaluación del riesgo crediticio y la prevención del fraude, se está modernizando gracias a herramientas de inteligencia artificial que permiten analizar datos cada vez más numerosos y diversos sobre sus clientes.
Relación con los consumidores
El reciente auge de las FinTechs está transformando la relación con los consumidores, particularmente en las áreas de pagos, ahorro y crédito.
Muchas innovaciones se centran en mejorar la calidad proporcionada al cliente, en forma de un servicio más sencillo, rápido y ergonómico.
El sector de los pagos está particularmente marcado por esta tendencia, con el desarrollo de actores que facilitan las transferencias de fondos entre particulares (Venmo, Zelle) o los pagos a comerciantes (PayPal, Stripe, Square).
Después de una fuerte diversificación de actores durante la última década, el mercado de pagos ha entrado en una fase de consolidación desde 2019 (Worldpay adquirida por FIS, First Data adquirida por Fiserv).
Asimismo, el mercado del ahorro está experimentando innovaciones orientadas a simplificar los usos para el consumidor, mediante la distribución de aplicaciones de comercio online sin comisiones aparentes (Robinhood, AmeriTrade) y robo-advisors que permiten ofrecer recomendaciones personalizadas generando economías de escala.
En el mercado del crédito, se están desarrollando nuevas ofertas en segmentos poco cubiertos por el sector bancario tradicional, como los préstamos a pymes (Kabbage) y a estudiantes (SoFi).
Las innovaciones tecnológicas bancarias
Las innovaciones no han desafiado el dominio de los grandes bancos, pero la llegada de los gigantes digitales plantea nuevas preocupaciones y alienta a los actores a desarrollar estrategias de asociación.
Gracias a sus ventajas tecnológicas y a ciertas asimetrías regulatorias, las FinTechs han capturado cuota de mercado sin poner en duda el dominio de los grandes bancos, que adoptan estrategias de asociación.
Las FinTechs se benefician de una ventaja tecnológica sobre los bancos que luchan por modernizar sus sistemas de información, ante los altísimos costes de mantenimiento de las herramientas existentes y los crecientes costes relacionados con la ciberseguridad.
La especialización de las FinTechs también les confiere una mayor capacidad de respuesta a las expectativas de los clientes.
También pudieron beneficiarse de restricciones regulatorias reducidas, aprovechando tanto las diferencias en las regulaciones entre los estados federales como la multiplicidad de aprobaciones especializadas.
Sin embargo, esta competencia selectiva no ha puesto en duda el dominio de los bancos estadounidenses sobre su negocio principal.
Después de considerar a los nuevos entrantes como una amenaza, los bancos adoptaron un enfoque más asociativo (Zelle y siete bancos estadounidenses para pagos entre pares, plataforma de corretaje E*Trade comprada por Morgan Stanley, etc.).
Aunque todavía limitada y a menudo basada en asociaciones, la intervención de los gigantes digitales (Big Tech) en el sector financiero suscita creciente preocupación debido a su fuerza de ataque.
A diferencia de China, las Big Tech estadounidenses todavía no son muy activas en el sector financiero, únicamente representa el 11% de su facturación.
Esta actividad se inscribe a menudo en una lógica de asociación (Apple Card con Goldman Sachs, cuentas corrientes de Google Plex con Citigroup).
La prioridad otorgada a los pagos (Google Pay, Apple Pay, Amazon Pay) sugiere que su estrategia consiste menos en sustituir a los bancos que en convertirse en una interfaz esencial entre los bancos y los consumidores.
Esta perspectiva preocupa a los bancos porque las Big Tech tienen activos que les permiten conquistar rápidamente nuevos mercados (datos abundantes sobre sus usuarios, liquidez masiva que les permite financiar adquisiciones, tecnologías más modernas).
El proyecto de creación de una moneda digital (Diem, ex-Libra) de Facebook ha suscitado, por su parte, reacciones de desconfianza por parte de las instituciones financieras estadounidenses, que no se sumaron al proyecto o lo abandonaron por el camino (Visa, Mastercard, PayPal).
Las autoridades públicas ante la innovación
Ante los controvertidos beneficios del progreso tecnológico, las autoridades públicas dudan entre regular y apoyar la innovación. Inicialmente percibidos como positivos, los beneficios económicos y sociales de las innovaciones ahora se ponen en duda.
La llegada de empresas innovadoras se consideró inicialmente favorable para precios más bajos y una mejor inclusión de las personas no bancarizadas (5% de los hogares en Estados Unidos).
Este es cuestionado, ya que ciertos estudios tienden a mostrar la ausencia de una caída de los precios, la concentración de las FinTechs hacia el público que ya está bien equipado con servicios financieros, los riesgos relacionados con el uso de plataformas bursátiles para la volatilidad del mercado y el ahorro de los hogares y los problemas de estabilidad financiera planteados por el creciente papel de las instituciones financieras no bancarias (IFNB) en la distribución del crédito.
La atomicidad de los reguladores financieros conduce a una adaptación gradual de las regulaciones, particularmente en lo que respecta a los activos digitales.
La propuesta en 2018 por parte de la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC), regulador de los bancos nacionales, de una nueva licencia bancaria simplificada para las fintechs desató una serie de disputas por parte de los bancos y de varios estados federales, incluido el estado de Nueva York.
En junio de 2021, el Congreso derogó una norma de la OCC destinada a facilitar las asociaciones entre bancos y FinTechs en materia de préstamos.
Si varios actores financieros tradicionales han anunciado el lanzamiento de operaciones en activos digitales para pagos (Mastercard, Visa, PayPal), ahorros (BNY Mellon, Citigroup, State Street, Goldman Sachs) y operaciones de mercado, los reguladores avanzan aún en desorden en este sentido.
Asunto: la OCC, por ejemplo, ha publicado recomendaciones que autorizan a los bancos a ofrecer servicios en criptomonedas, no adoptadas por otros reguladores.
Las actividades de mercado relacionadas con los activos digitales están provocando batallas perimetrales entre la comisión de bolsa y valores (SEC), reguladora de los mercados de valores, y la comisión de comercio de futuros de productos básicos (CFTC), regulador de los mercados de derivados.
Si el nombramiento de Gary Gensler, especialista en blockchain y expresidente de la CFTC, al frente de la SEC, podría ayudar a evolucionar la regulación de los activos digitales.
Cuéntanos ¿Qué sabes tú de este tema? ¿Te ha afectado para bien o para mal esta situación?
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